Los métodos de tortura del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) son cada vez más atroces y bárbaros y se aplican en su mayoría a las mujeres.

Según publica el diario británico The Independent, hay testimonios de mujeres que narran el insoportable dolor que provoca este artilugio que arranca de cuajo trozos de carne.
Una de ellas es Fátima, una joven de 22 años que logró escapar de la ciudad norteña iraquí de Mosul. Ella relato que 'el mordedor' se ha convertido para las mujeres en "una pesadilla": "Mi hermana fue castigada por olvidar sus guantes en casa". Otras testigos describen 'el mordedor' como una especie de trampa para animales o como una mandíbula de metal con dientes que cortan la carne.
La ley de Daesh obliga a las mujeres a ir totalmente cubiertas con ropas holgadas, calcetines y guantes, y siempre acompañadas por un pariente masculino si salen de casa. La joven que logró fugarse de Mosul explica que su hermana, un mes después, aún sufre grandes dolores por las cicatrices y que según le contó su propia hermana "el castigo del mordedor es más doloroso que los dolores de parto."
Escapar de Mosul es difícil y peligroso. Controlada por los terroristas, hay una grave escasez, incluyendo alimentos, combustible, agua y electricidad. Los combatientes del Daesh, pese a las bajas que sufren por los bombardeos, intentan imponer y demostrar a la población que tienen poder y están sometidos a ellos.
Las organizaciones que han logrado entrar o recabar testimonios advierten que Mosul está regresando a una era pre-moderna, sin electricidad ni agua potable. "Sólo tenemos agua potable una vez a la semana", cuenta al periódico británico un farmaceútico: "Las tuberías se rompen y necesitan reparación".
La Fiscalía de Rusia informó en noviembre de 2015 de el 40 % de todos los combatientes de Daesh en Siria e Irak son extranjeros.
Según las cifras del viceministro de Defensa de Rusia, Anatoli Antonov, son cerca de 30.000 los extranjeros combaten en las filas de la banda.
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